" L" ( poesía)
Acaricio el dolor a merced del destino
cansado del silencio infinito,
catacumba, extraño, prohibido;
los sueños son pensamientos libres,
los hombres solo desean vanidad
y a la intemperie de sus almas
camino aburrido.
Quiero el fuego de antaño,
añoro las libertades pequeñas,
mi alma se marchita como una flor.
Adiós dólares, adiós licor,
me esperan otras calamidades.
Llora el misterio al no ser revelado,
mientras arden las últimas cenisas del pasado,
veo las ordas de miedos corriendo en manada,
levantando la polvareda de una ciudad muerta.
Ruinas sobre ruinas, dolor sobre dolor, tumba sobre tumba,
y millones de segundos
caen como lluvia de vidrio.
El mundo sería un lugar expléndido sin seres humanos.